Continuación…
Retomo esta pequeña-gran entrevista contada desde la narración (o eso intento).
Antes de nada aprovecho para mandarle un fortísimo abrazo a José María ya que está pasando por un momento muy complicado de su vida. Sólo darle muchos ánimos y fuerzas desde aquí.
Me había quedado en la dimisión de José María y la inmovilidad de los cargos de época (pasada y presente).
José Maria, estaba entre los que creían en unas elecciones democráticas, por lo que junto con más compañeros crearon su candidatura - papeleta. Se movieron en la prensa (denunciando públicamente), la radio y entre influencias profesionales, como la de Pedro Rius (años más tarde padre del “artículo constitucional” de los colegios profesionales).
Se reunieron con los diferentes Consejos Superiores de Arquitectos, Ingenieros de Caminos, Aparejadores y un largo etc. Durante estas reuniones conoció a José Antonio Fernandez Ordoñez, un excelente Ingeniero de Caminos, que les acompañó durante sus “peripecias”, abriendo muchas puertas políticas. Entre estas se encuentra , la de Garrigues Walker (este firmo años más tarde el Decreto del Colegio Oficial de Delineantes).
(Como podéis ver, el revuelo que se montó, la visibilidad social que se le daba a la profesión no tiene nada que ver con lo que hoy en día tenemos, obviamente por la inmovilidad de unos y por el NO dejar hacer de otros.-Nota del narrador)
La candidatura “negociada” que presentaron estaba formada por Delineantes del Ayuntamiento de Madrid, los de Dragados y Construcciones (donde José Maria trabajaba) y los de Obras Públicas (empresa privada dominada por Manuel Rodriguez Fernández).
El cinturón Industrial de Madrid lo tenían controlado de la mano de 8 Delineantes, que más tarde manejaban las diferentes Delegaciones.
Con todo esto, Madrid llegó a tener 5.000 Delineantes Colegiados (si si has leído bien, CINCO MIIIIIIL)
Con todo este trabajo detrás, ganaron las elecciones (resultado de votaciones), y el desarrollo del Colegio transcurrió como esperaban, modernizaron una institución obsoleta, las Asambleas estaban llenas, y siempre cumplieron su programa con gran pulcritud, hasta salieron en prensa, donde se habló maravillas de “los nuevos dirigentes de los Delineantes”.
En Madrid los Delineantes tenían una unidad total y gran camaradería, tuvieron una gran bolsa de trabajo que funcionó de maravilla, disponiendo de múltiples recursos. Uno de estos, y del que más se siente orgulloso José María, fué el curso de Estructuras impartido por Ricardo Aroca, el mejor Arquitecto en dicha especialidad, y el cual realizó con gran entusiasmo.
Pero siempre hay piedras en el camino, algunos colegios apoyaban el “Consejo Obsoleto”, ya que les iba bien económicamente. Los Vascos al conseguir su Autonomía se desligaron de la Central.
Lo peor era Valladolid y su entorno (uyyy como me suena estoooooo), ya que era (es) la lacra de lo sindical, aunque poco a poco cayeron ante una realidad de lo que luego fue el funcionamiento, y la descentralización total del sistema.
Un punto que les quedó en el tintero, fue la creación de la Caja de Delineantes, en fin no todo van a ser triunfos ¿no?.
Continuará...
Artículo de Javier Couce López
Colegiado 1.010
Colegio Delineantes Y T.S.P de A Coruña