Antes de nada, quiero agradecer al Sr. Zarracina, decano del Colegio de Delineantes de Asturias y, a los miembros de su junta por la gran labor realizada que hizo posible la realización de la conferencia. Felicito su trabajo por la dedicación y esfuerzo personal que supuso la
fantástica organización del evento. Felicito también a todos los asistentes por el esfuerzo que supuso desplazarse a Oviedo y por la confianza depositada en nosotros.
Desde mi punto de vista la conferencia fue un éxito total, a pesar de no haber asistido un número mayor de compañeros, la crisis, los problemas económicos, limitaron la asistencia.
Cuando digo que la conferencia fue un éxito, no lo digo solo por los temas que atreves de la misma se abordaron, sino por la participación de los asistentes, se respiró un clima de amistad, cordialidad, ilusión y esperanza, fue maravilloso. A la terminación de la conferencia me sentí reconfortado por la gratitud de los presentes.
Para mí fue un día de gran responsabilidad y de satisfacción. No fue fácil poder trasmitir y a la vez intentar que se comprendiera la información dada, basada en un antes y un después de la profesión, de forma que, fuese, real, objetiva, clara y concisa (no sé si lo logré, pero esa fue mi intención).
Al hilo de lo anterior, quisiera expresar en estas líneas, que si bien, la profesión ha estado en tiempos no muy lejanos, desprotegida y desamparada por: el Consejo General, algunos Colegios, el Gobierno y, colectivos profesionales monopolistas, en un futuro muy próximo se verá recompensada y parte de nuestras aspiraciones serán una realidad. Todo ello, gracias al apoyo de muchos compañeros de la profesión, donde se encuentran los creadores de UD TC, de algunos Decanos de los Colegios y, porque no decirlo, de algunos sectores de Ministeriales.
Como se ha dicho a habido un antes y un después. Un antes con una profesión regulada y colegiada sin competencias ni atribuciones, un después con una profesión sin regulación ni colegiación obligatoria pero con competencias y atribuciones reconocidas, donde el título de técnico superior en proyectos cobra relevancia sobre la denominación de delineante como profesión.
Por último y no queriendo pecar de falsa modestia, me siento muy pero que muy satisfecho de formar parte del motor de las aspiraciones de nuestro colectivo, hoy me ha tocado a mí, mañana le tocará a otro compañero, ahora bien, un motor no puede funcionar sin energía, y esta energía depende de todos vosotros. Continuemos todos juntos, pase lo que pase, fieles a nuestras convicciones, con conocimiento de causa y honestos con nuestros compañeros y con las personas que nos quieran ayudar. Sobre estas bases podremos fundamentar y dar sentido el nuevo rumbo de los colegios como motor y propulsor de la profesión y su ejercicio.
Un fuerte abrazo para todos.
Jesús Arús
